Academia Rada

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01 de Enero de 1970

¿Cuándo, cómo y dónde se aprende a estudiar?

La importancia de un método de trabajo adecuado es tal que, junto con la capacidad intelectual del estudiante y su motivación, es el factor clave para determinar si obtiene los resultados deseados.

 

Cada estudiante desarrolla técnicas de estudio durante, al menos, 12 años de su vida. Durante ese tiempo adquiere hábitos, aprende a organizarse y desarrolla estrategias que marcarán su rendimiento académico. La importancia de un método de trabajo adecuado es tal que, junto con la capacidad intelectual del estudiante y su motivación, es el factor clave para determinar si obtiene los resultados deseados.

"Es muy listo, pero no aprueba", "estudia mucho, pero luego suspende". Frases como éstas se escuchan a padres cuyos hijos en edad escolar no obtienen los resultados académicos deseados. Las causas de este bajo rendimiento no hay que buscarlas siempre en la capacidad o en la inteligencia de los estudiantes. A menudo, el origen del problema es diferente: no saben estudiar.

Estas dificultades pueden residir en la falta de método, técnicas y estrategias de aprendizaje, o en aspectos ambientales, como la carencia de un lugar adecuado para estudiar o la abundancia de distracciones en el entorno. Todas estas dificultades se pueden corregir, lo importante es hacerlo a tiempo.

Aprender técnicas de estudio y perfeccionarlas con el tiempo y la práctica permite, no sólo retener numerosos conocimientos, sino también saber utilizarlos y emplearlos en cada ocasión.

Hacer propias unas pautas de estudio e interiorizar unas técnicas que hagan aprovechar mejor cada esfuerzo no solo mejorará las calificaciones, sino que además contribuirá a inculcar una autodisciplina que se puede extrapolar, pasado el tiempo, al ámbito profesional.

Cada estudiante es único, pero en función de sus dificultades de estudio pueden definirse varios perfiles: quien estudia mucho y no aprueba, quien estudia bien pero falla en los exámenes, quien no quiere estudiar... Según estas tipologías, las dificultades o los errores pueden residir en unos u otros aspectos:

-Método de estudio: como afirma Ramón González Cavanach, en su obra 'Estrategias y técnicas de estudio', una de las razones por las cuales un alumno no es un buen estudiante puede ser "abusar de técnicas y estrategias simples centradas en la repetición y el repaso, en detrimento de otras más complejas como la elaboración de esquemas o la construcción de supuestos". Los especialistas recomiendan revisar este aspecto metodológico, sobre todo, en los casos de alumnos cuyo rendimiento al estudiar no se refleja en los resultados. Un uso adecuado de las principales técnicas de aprendizaje permite disminuir el tiempo de estudio y aumentar la habilidad para comprender la información. 

 

Nunca hay que dejar el estudio para el último día, sino que hay que tener previsión.

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Hacer propias unas pautas de estudio e interiorizar unas técnicas que hagan aprovechar mejor cada esfuerzo no solo mejorará las calificaciones, sino que además contribuirá a inculcar una autodisciplina que se puede extrapolar, pasado el tiempo, al ámbito profesional.

Desde aspectos tan elementales como estudiar en un ambiente silencioso hasta otros más complejos como encontrar la técnica con la que el alumno se sienta más cómodo.

Aquí os dejamos un ejemplo de las distintas fases para el estudio de un texto que se deben seguir para alcanzar la máxima capacidad de estudio. 

1. Lectura de aproximación. Es la primera toma de contacto con el texto.

De momento no se pretende resolver dudas que surjan, ya que éstas se resolverán más adelante.

2. Lectura de estudio. Cuando la terminamos podemos releerla en los puntos que consideremos más importantes o que entrañen más dificultad.

Al terminarla debemos preguntarnos si hemos comprendido el texto por completo.

3. Subrayado de las principales ideas y apunte de anotaciones que consideremos oportunas. Es la forma de diferenciar lo importante de lo secundario. Tan perjudicial es subrayar poco como subrayar demasiado.

Se trata de identificar las palabras y los conceptos clave para memorizarlos después con más facilidad. Es un buen momento para tomar nota de dudas que surjan sobre la materia y que queramos consultar, ya sea con un profesor o con otros libros o recursos. De este modo, no quedan dudas aparentes que después en el examen no puedan resolverse. Eso incluye dudas relacionadas con el vocabulario, como el significado de ciertas palabras.

4. Resumen del contenido. Efectuar un resumen de un texto implica el haberlo comprendido. En él se diferencian la idea o las ideas principales junto a las secundarias, y se caracteriza por tener un estilo narrativo. Puede ser ampliado con ideas expuestas en clase u otras aportaciones propias.

5. Esquema. Facilita la compresión, tanto de lo particular como de lo general. Ayuda a memorizar de forma visual y a establecer relaciones entre las diferentes ideas del texto.

-Concentración: en ocasiones, el alumno tiene voluntad de estudiar, pero no es capaz de concentrarse en sus tareas. En estos casos, hay que revisar y eliminar los elementos de distracción que pueden provocar esta falta de concentración y proporcionarle un lugar de estudio adecuado alejado de las disrupciones.

"El problema es que no me concentro". Esta excusa es habitual en muchos estudiantes de primaria o secundaria que, tras varias horas de estudio o trabajo, comprueban que el rendimiento ha sido nulo o muy escaso. ¿Se puede remediar este problema? Los especialistas afirman que todos los estudiantes tienen capacidad para concentrarse, pero hay que entrenar y practicar desde pequeños para que sea efectiva. La adquisición de distintas técnicas y hábitos de trabajo puede corregir en gran medida la falta de concentración.

Se le olvida todo lo que estudia, es incapaz de memorizar, pasa horas delante del libro y no aprende. Todos estos signos, si está descartado cualquier problema o déficit de aprendizaje, evidencian una significativa falta de concentración de los niños y jóvenes en edad escolar. Esta incapacidad para concentrarse es uno de los factores de riesgo que afectan al buen rendimiento académico del estudiante.

Por ello, os recomendamos siete hábitos para concentrarse en el estudio:

1. Ambientación del lugar de trabajo: para evitar distracciones que afecten a la concentración del estudiante, es esencial contar con un lugar de estudio aislado, libre de ruidos y sin elementos que puedan favorecer la falta de atención.

2. Elegir el mejor horario: en el momento de elegir el horario de estudio, el alumno debe atender a sus preferencias según la hora en que se concentre mejor (por la mañana o por la noche), pero también de acuerdo al momento del día en el que pueda obtener mayor tranquilidad en el espacio de trabajo y a las horas en que esté más descansado.

3. Pauta de estudio: para evitar la desconcentración que causa el cansancio, es recomendable establecer una pauta horaria estructurada que combine el descanso y el estudio. Algunos especialistas recomiendan estudiar en intervalos de 40-45 minutos y hacer un corte entre ellos de 10-15 minutos. Este descanso ayuda a despejar la mente y la prepara para el siguiente periodo de concentración.

4. Organizar el material: levantarse a por una regla, tener que buscar el sacapuntas o salir de la habitación a por el diccionario son algunas de las distracciones que afectan a la concentración del estudiante. Se pueden evitar si antes de comenzar a estudiar se organiza con eficacia el espacio de estudio.

5. ¿Solo o acompañado?: a muchos estudiantes, la sola presencia de un compañero en el mismo espacio de estudio les distrae de su tarea. Sin embargo, para otros resulta motivador y les incentiva a concentrarse en sus estudios, siempre que el acompañante tenga la misma actitud.

6. Intercalar técnicas de estudio: memorizar durante dos horas seguidas o dedicar una jornada completa de estudio a hacer resúmenes y esquemas puede llegar a cansar al estudiante y a provocar que se desconcentre de sus tareas. Para evitarlo, conviene combinar durante la misma sesión de trabajo diferentes técnicas de estudio que la amenicen y la hagan más interesante para el estudiante.

7. Cambiar de materia: si la falta de concentración es inevitable, una buena alternativa es cambiar de materia de estudio. Este cambio aportará al estudiante un nuevo interés y aumentará otra vez su concentración. Es probable que cuando cambie de nuevo, vuelva a concentrarse de manera adecuada en la materia anterior.

-Planificación: la abultada agenda de actividades extraescolares que atienden cada día muchos estudiantes impide que cuenten con el suficiente tiempo para organizar su estudio. Un alumno tachado de perezoso, en ocasiones es tan solo un alumno cansado, sin ganas de estudiar después de una jornada agotadora. Es necesario que los padres y alumnos planifiquen un horario realista, adaptado a la edad del niño y su perfil, que le permita adoptar una rutina de estudio eficiente.

Para estudiar con eficacia, es conveniente aplicar diferentes metodologías y estrategias de estudio en función de la materia curricular. Para matemáticas practicar, para ciencias experimentar y para historia, relacionar. 

Estos consejos para estudiar cada asignatura con diferentes métodos de estudio te ayudarán a obtener un mayor rendimiento académico. 

• Matemáticas: es una asignatura práctica que requiere claridad de ideas, rigor y comprensión por parte del estudiante. Los especialistas recomiendan que se aborde con la mente muy despejada, si es posible al inicio de la jornada de estudio. Para superarla con éxito, es esencial que el alumno base el aprendizaje en los ejercicios prácticos, evite las prisas y asiente bien los conceptos y operaciones previas antes de proseguir con nuevos contenidos.

• Ciencias Sociales: son materias que exigen una buena dosis de observación y reflexión, pero también del ejercicio continuado de la memoria. Para retener de forma efectiva los conocimientos, es recomendable hacer uso de técnicas de estudio como los esquemas y resúmenes, que permiten detallar las ideas principales y establecer relaciones entre ellas.

• Ciencias Naturales: el aprendizaje de las materias de esta área, como conocimiento del medio, biología o física y química, se basa en la intuición, la observación, el análisis y la lógica. Es aconsejable para su asimilación el uso de recursos gráficos, como los esquemas o los mapas conceptuales, que ayudan a asociar los conceptos básicos y facilitan la memorización comprensiva. El estudio debe basarse también en la experimentación y la realización de actividades en grupo o compartidas.

• Idiomas: son otra de las asignaturas que exigen un ejercicio muy práctico por parte del estudiante, aunque también requiere de capacitación para la memoria verbal. Un importante apoyo para el estudio de esta materia son los materiales audiovisuales, que ayudan a adquirir desenvoltura con la lengua extranjera al alumno. En ocasiones, puede requerirse la ayuda externa de un profesor nativo para aportar confianza y soltura en el aprendizaje oral de la materia.

• Lengua y literatura: para estudiar los contenidos de este campo de conocimiento hay que diferenciar entre los pertenecientes a un área práctica, como la gramática o la sintaxis, que requieren una importante labor de análisis y el desarrollo continuo de ejercicios prácticos, y los que son más teóricos, como la literatura, que exige un trabajo memorístico. En ambos casos, la lectura frecuente y continua, así como la práctica de la escritura, son beneficiosas para superar la materia con éxito.

-Motivación: la falta de interés y una actitud negativa hacia los estudios es una de las principales causas del fracaso escolar. Desde el entorno familiar, los progenitores pueden motivar a sus hijos si muestran interés por sus tareas, participan en ellas y expresan satisfacción ante sus logros. Por otra parte, los docentes en el ámbito académico pueden utilizar distintas estrategias motivadoras que ayuden a despertar el interés del alumno por las materias y fomente el sentimiento de competencia.

-Ansiedad: distintas actitudes mentales como la inseguridad, el nerviosismo y la ansiedad pueden provocar que un buen alumno sea incapaz de demostrar sus conocimientos en el momento de enfrentarse a un examen. Se debe enseñar a estos estudiantes a preparar la mente para el examen, fomentar la confianza y seguridad en sí mismos y evitar que cometan errores frecuentes, como estudiar de forma desmesurada el día anterior, dormir poco o alimentarse mal.

Curso Intensivo de Técnicas de Estudio: claves para lograr un mejor resultado académico.

Los métodos de estudio son una serie de estrategias y técnicas que conducen a un mejor estudio, a comprender y recordar mejor toda la materia. Son unos pasos, unas etapas que siguen un orden lógico y que nos permiten aprender más, aprender lo más importante y un mejor recuerdo. 

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Con el Curso Intensivo de Técnicas de Estudio pretendemos contribuir a la optimización del tiempo de estudio y de los resultados obtenidos de aquellos alumnos que presentan dificultades en el aprendizaje o que quieran potenciar exponencialmente su rendimiento escolar a través de diferentes técnicas. En Academia Rada aprenderás a subrayar, hacer esquemas, distribuir tu tiempo de estudio, técnicas de concentración...

Son cuatro los pasos básicos que debemos tener en cuenta antes de adentrarnos en los métodos:

Querer estudiar.

Tener motivación para aprender, es decir, saber que implica cierto esfuerzo y estar dispuesto a realizarlo. Una vez aceptada una meta, el camino hacia ella se hace más fácil, por tanto hemos de clarificar, cuanto sea posible, nuestras metas en el estudio.

Prepararse.

Reunir todas las condiciones favorables para aprender, y asociar sentimientos agradables a todo lo referente al estudio, ya que así se asimilará y se recordará mejor. 

Aprender las reglas (pocas y claras).

Sólo se puede mejorar aquello que se conoce bien.

Practicarlas hasta que se conviertan en hábito.

La repetición continuada y el repaso hacen muy fuerte la conexión entre los elementos estudiados, reduciendo mucho el olvido.

Además, os dejamos una serie de recomendaciones para diseñar un buen método de estudio:

1.       Organización del material de trabajo. “Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa”.

2.       Distribuir el tiempo de forma flexible, adaptada a cambios y a circunstancias. 

3.       Tener en cuenta las dificultades concretas de cada materia. 

4.       Averiguar el ritmo personal de trabajo. 

5.       Ser realista y valorar la capacidad de comprensión, memorización, etc.

6.       Comenzar por los trabajos más difíciles y dejar los más fáciles para el final. 

7.       Memorizar datos, entenderlos y fijarlos. 

8.       No estudiar materias que puedan interferirse.

Si necesitas más información sobre nuestro Curso Intensivo de Técnicas de Estudio o Clases Particulares no dudes en preguntarnos. ¡Te estamos esperando!

 

Fuente:

http://www.consumer.es